Madrid es una de las capitales más lindas e importantes del planeta. En este sitio, hay miles de compañías que deciden plantar bandera para sus operaciones comerciales. Del mismo modo, hay millones de personas que optan por echar raíces en estas tierras. Por este motivo, el lugar ofrece alternativas extremadamente disímiles en su oferta de bienes raíces. Dentro de estas opciones, está el ático más caro de toda la ciudad, una obra de Carlos Cruz-Diez.
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Un nuevo modelo de vivienda
Hasta hace algunos años, el estereotipo de vivienda y edificaciones era muy distinto al de hoy. Si piensas en general, no hay actividad que se mantenga con las mismas características que tenía hace una década o más. Con el sector inmobiliario ocurre lo mismo. Los últimos tiempos han marcado diferencias enormes con sus predecesores, a tal punto que hoy se habla de vanguardias y estilos completamente diferentes a los de ayer.
En esta oportunidad, el estilo que está entrando en cada obra de Madrid es el de los hogares autosuficientes. Pero no bajo las licencias que conocemos del término. En esta oportunidad, el arte ocupa un rol determinante en cada decisión tomada. Hasta se podría decir que lo creativo es el corazón de cada construcción.
Carlos Cruz-Diez, un autor que fue más allá de lo pensado
A esta altura, seguramente te preguntarás qué tiene que ver el arte relacionado con las construcciones de vivienda. La respuesta está en este lugar. En la edificación en cuestión, Carlos Cruz-Diez realizó una de sus últimas obras en vida. Pensó en la Ambientación Cromática Montalbán 11, como una creación ideal para este edificio. Aunque no logró finalizar, quienes se encargaron de hacerlo fue el atelier que perpetúa el trabajo del artista en la capital francesa. El objetivo había sido dar una obra única y particular. Y no falló. A través de esta obra, se consigue reafirmar una de las principales ideas del artista, que era vivir dentro de una pieza de arte.
La obra en sí se trata de un mural que, por su tamaño, logra esconder espacios tradicionales de un complejo de este tipo, como es la escalera y el ascensor. Pero la creatividad no se termina aquí. Cuando se ingresa al ascensor, la imaginación se sigue liberando hacia el camino del arte. Dentro de este lugar, se encuentra la obra del artista, Chromointerférence, que tiene la particularidad de ir alternándose en cada una de las plantas por donde pasa. Así, el resultado de este trayecto es ofrecer 8 armonías cromáticas diferentes.
Además de lo mencionado, en cada una de las viviendas del lugar se advierte una obra particular. En los paneles metacrilatos se escribe el nombre Transchromie. Lo increíble de esto es que, según el horario del día y la posición del sol, la geometría y el color de esta pieza se altera.
Cada una de estas realizaciones artísticas fomentan el pensamiento principal del artista. Hay que recordar que Carlos Cruz-Diez afirmaba que las obras de arte debían ser funcionales. Tal como sucede en este edificio. Si bien lo estético y lo artístico era un aspecto a considerar, era primordial que una obra consiguiera un fin de funcionalidad. Además, no puede obviarse que su costado cineasta artístico y teórico del color, está en cada una de estas creaciones.
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No es casualidad que se trate de una de las edificaciones más exclusivas de la ciudad. En cuanto a sus dimensiones, son 4600 metros, en donde dentro hay nueve viviendas para los ocupantes. Del mismo modo, hay sótanos que contienen aparcamiento propio. A esto hay que sumar la presencia de plazas eléctricas y zonas en común, como los gimnasios y los demás espacios de entretenimiento. Entre estos se destacan las zonas como el sauna, la piscina que tiene bajo techo, el baño al estilo turco y una diversa sala destinadas a usos diferentes.
En cuanto a lo verde, el complejo tiene un área destinada a la vegetación. En total, son más de 70 metros cuadrados que están a disposición de todos los habitantes. En ella se planta distinto tipo de vegetación, que está atado al clima del lugar y al sello que el edificio tiene en cuanto a la sostenibilidad. Además, el lugar tenía, originalmente, un árbol en medio del complejo que condicionó la edificación. De todas formas, se respetó su ubicación y se adecuaron las obras a la disposición de ese árbol, que todavía se conserva como muestra del compromiso ambiental.
La azotea, un área con una vista privilegiada
El triplex tiene en total 750 metros cuadrados. De ese total, 200 son de la piscina y la azotea que ocupan gran parte del terreno edificado. Al tener ese tamaño, la terraza encuentra una de las vistas más privilegiadas de toda la capital. Este ático es considerado como el más exclusivo de todo Madrid y su cotización de venta superó los 13 millones 750 mil euros. Para una gran mayoría, se trata de un complejo vanguardista que combina el arte con la arquitectura y presenta un estilo nuevo del uso del espacio. Incluso, algunos expertos denominaron a este edificio como la “joya de la corona”.
Los analistas del arte y la arquitectura coinciden en que es una forma de acercar a las personas al arte, a través de estas obras. Es una humanización del arte, con el afán de conseguir mayor interés en las creaciones artísticas. La idea de desarrollar este proyecto comenzó en 2016. En aquel momento, Carlos Weil, decidió ponerse al hombro la construcción de un diseño neoclásico sobrio.
Los encargados de cada una de las secciones del proyecto
Al ser el ático más caro de Madrid, el proyecto es reconocido por tener en su interior a más de un encargado de realizar la decoración y distintas partes del proceso. Para lograr la sensación de vivir dentro de una obra del artista, se necesitaron de diferentes profesionales.
Todo lo relacionado con la iluminación del lugar está en manos de la empresa Años Luz Iluminación. En este sentido, la eficiencia energética fue un punto central del proyecto, por lo que la reducción de consumo y la utilización de fuentes de energía no tradicionales son piedra fundamental del proceso. El primer y gran objetivo de este sector fue el lograr potenciar la luz natural. Para eso, se requirieron lucernarios y una cantidad amplia de espejos distribuidos por diferentes sectores. De esta manera, se obtuvo la luz deseada.
Del mismo modo, la reutilización de aguas grises fue uno de los grandes desafíos. La empresa dedicó cientos de horas de trabajo para el riego de zonas comunes a través de este sistema. A su vez, el plan de sostenibilidad cuenta con diferentes exigencias, como acristalamiento de ahorro energético en las terminales de baja temperatura y el uso de la geometría. El éxito de este proyecto fue tal, que logró una de las certificaciones más importantes del mundo sostenible. Se trata del sello Breeam, que es internacional y reúne a los sustentos más importantes dentro de los protectores del medio ambiente. Con este reconocimiento, el sitio se posicionó como el primero dentro del ámbito residencial español, en conseguir el sello mencionado. Así, se transformó no solo en el ático más caro de Madrid, sino en el pionero dentro del área sostenible.
