El mercado del alquiler en España está atravesando uno de sus momentos más críticos, y el fenómeno de compartir piso, que antes era una opción temporal para ahorrar y comprar una vivienda, se ha transformado en una necesidad. Hoy en día, más de la mitad de los inquilinos comparten piso porque no pueden pagar una vivienda completa. El alto costo de los alquileres ha forzado a muchas personas a encontrar esta alternativa como la única vía para cubrir sus gastos mensuales y mantener un nivel de vida aceptable.
De compartir para ahorrar a compartir por necesidad
Hace apenas un año, cuatro de cada 10 inquilinos compartían piso por no poder asumir los costos de un alquiler individual. Ahora, esa cifra ha subido al 55%, según el análisis de Fotocasa Research. El motivo principal detrás de este cambio es la subida de las rentas, que ha alcanzado niveles históricos en todo el país. Solo en agosto de 2024, los alquileres aumentaron un 9,8%, situándose en una media de 13,1 euros por metro cuadrado. Este encarecimiento de las rentas ha generado una creciente frustración entre los ciudadanos, quienes, al no poder pagar un alquiler completo, se ven obligados a compartir piso, lo que afecta su calidad de vida y ciclo vital.
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La presión del mercado de alquiler y sus consecuencias
El mercado inmobiliario español está en una situación de desequilibrio entre oferta y demanda. Los precios de los alquileres no han dejado de subir, y el verano de 2024 no ha sido una excepción. Con el inicio del curso escolar, una de las épocas de mayor demanda de alquiler de habitaciones en pisos compartidos, la tensión en el mercado ha aumentado aún más. Según Fotocasa, este contexto de precios elevados y falta de oferta está teniendo consecuencias sociales y demográficas. María Matos, directora de Estudios de Fotocasa, advierte que cuando las personas comparten piso por necesidad, su desarrollo personal y familiar se ve perjudicado. «La natalidad y la salud mental se ven afectadas», señala.
Atrás quedaron los tiempos en que compartir piso era una estrategia temporal para ahorrar y comprar una vivienda. En 2023, un 20% de los encuestados compartía piso con el objetivo de ahorrar para la entrada de una casa. En 2024, solo el 13% lo hace con ese propósito. El cambio es evidente: cada vez son menos los que ven el alquiler como una alternativa temporal, y más los que lo experimentan como una obligación.
El impacto de la subida de precios en las grandes ciudades
El desequilibrio entre la oferta y la demanda de viviendas de alquiler se siente con más fuerza en las grandes ciudades. En el mes de agosto, todas las capitales de provincia vieron subir sus precios respecto al mismo mes del año anterior. Palma fue la ciudad que experimentó el aumento más pronunciado, con una subida del 17,8%, seguida de Valencia (+16,5%), Madrid (+14,3%), y Barcelona (+11,8%). El aumento de las rentas no se limita a las grandes urbes; Cáceres, por ejemplo, vio un incremento del 40,1% en los precios de alquiler, el más alto de todas las provincias.
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Este aumento de los precios ha empujado a muchas personas a compartir piso no solo por elección, sino porque no pueden permitirse un alquiler completo. Un 18% de los encuestados por Fotocasa aseguran que comparten piso porque no han podido encontrar nada mejor, y solo un 19% dice que compartir es la opción que mejor se adapta a sus necesidades.
Comprar tampoco es una alternativa accesible
El mercado de compra de viviendas tampoco se ha librado de los aumentos. Los precios de las viviendas en venta subieron un 2,9% en el segundo trimestre de 2024, situándose en una media de 2.057 euros por metro cuadrado, según el Colegio de Registradores. El crecimiento fue impulsado principalmente por la vivienda de segunda mano, que subió un 3,8%. A pesar de que el número de transacciones disminuyó un 3,4% en comparación con el trimestre anterior, los precios continúan en alza, lo que dificulta aún más el acceso a la propiedad.
En este contexto, las regiones más caras para comprar siguen siendo Baleares y Madrid, con precios medios por metro cuadrado de 3.534 euros y 3.390 euros, respectivamente. La falta de obra nueva, que representa solo el 20% de las operaciones, y la escasez de oferta en general, están detrás de esta subida continua de los precios. Los expertos aseguran que la vivienda usada continuará dominando el mercado debido a su mayor disponibilidad.
¿Qué podemos esperar?
El futuro del mercado de alquiler en España no parece muy alentador. Las políticas gubernamentales actuales no han logrado reducir los precios ni aumentar la oferta de viviendas, y las previsiones apuntan a que los precios seguirán subiendo. Funcas advierte que en España se están construyendo 100.000 viviendas nuevas al año, una cifra insuficiente para satisfacer la demanda, que necesitaría al menos el doble de esa cantidad.
La única opción para muchas personas será seguir compartiendo piso para poder hacer frente a los elevados precios del alquiler. Este panorama no solo refleja un problema económico, sino también social: el acceso a una vivienda digna se está convirtiendo en un reto cada vez mayor para una parte significativa de la población.